Calles, calles, calles...

Estas fotos son de varias ciudades que he ido recopilando y que me inspiran tantas historias... 
Me fascina imaginar quiénes serán sus transeúntes, quién vive en esas casas y cuantos suspiros, anhelos, esperanzas y sueños albergarán sus corazones.

¿Qué pasará en ellas cuando están vacías y nadie las ve? Pero que solas s quedan cuando nadie las habita. 

Calles que inspiran tanto...

A veces imagino historias como que en una de ellas vive una mujer que está sola esperando a esa persona que vuelva por el final de la calle como una silueta difuminada del pasado a la que no olvida y no se resigna a volver a ver... pero nunca regresa.

Hasta que un día, la bruma se disipa y decide abandonar esa calle y explorar otros lugares, otras personas que, con suerte, la harán vivir todas aquellas cosas que por ser nostálgica se ha estado perdiendo. Florece y vuelve a disfrutar del jaleo, de los chiquillos revoloteando por las esquinas, de los furtivos gatos que merodean los portales para buscar algo de comida...

Toda nuestra vida podría resumirse en una calle, ese lugar al que siempre volvemos, que nos atolondra el estómago si estamos mucho tiempo sin ver y en el que hemos pasado muchas mañanas, tardes y noches soñando con descubrir mil lugares, pero queriendo siempre regresar al mismo.