Tuesday 21 June 2016

¿Eres un buen padre lector? Cuidado tus hijos observan

No hay mejor ejemplo que el que vemos a diario en casa. Es sencillo, si tus hijos no te ven coger un libro, pensarán que no es importante y tampoco leerán por arte de magia.
El hábito lector, más allá de los beneficios culturales y dedicados al ocio, es bueno para el cerebro, como ya os hemos contado en varias ocasiones. Si logramos que los más jóvenes desarrollen esta costumbre les regalaremos una afición que les resultará muy útil en el futuro. Está claro que desde las instituciones educativas tratan de asociar la lectura a la escuela, pero muchos padres se preguntan qué pueden hacer ellos para afianzar y fomentar la lectura entre sus hijos. Hoy en Lecturalia os damos unas pautas básicas para conseguirlo.


Lee.

No hay ejemplo mejor para un niño (o niña, claro) que ver a su padre o a su madre leyendo un libro como parte de su vida normal. Cuanto más leas y más te vean leer, más normal les parecerá que ellos también tengan que leer. Dedica no sólo tiempo a leer con ellos cuando son muy pequeños, sino disfruta de un buen libro mientras tus hijos juegan. Normalizar el hecho lector es muy importante.

Evita que la lectura se convierta en una obligación.

Ya le pondrán lecturas obligadas en el colegio. No hace falta que los pequeños tengan que leer de manera impuesta todos los días a la misma hora fuera de sus tareas. La idea es que la lectura forme parte de su ocio, que les divierta e interese. Por ese mismo motivo es mejor que ellos elijan sus propios libros (siempre con supervisión, por supuesto). Hay que trabajarlo todos los días, pero de manera natural.

Habla con ellos sobre sus lecturas.

Interesarse con ellos por lo que hacen siempre es un buen consejo. En el caso de la lectura, hay que preguntarles qué están leyendo, que desarrollen el argumento y hablen de los personajes.Hay que conocer su opinión y aprender cómo va evolucionando su gusto literario. Hasta podemos pedirles que nos lean un rato en voz alta, una actividad un tanto abandonada pero que es muy recomendable.

Acude a tu biblioteca pública.

Otro de los lugares a los que se tienen que acostumbrar es a la biblioteca pública. Además de que como padres te ayudarán a escoger sus lecturas, las bibliotecas son lugares de encuentro y reunión donde los niños aprenderán a encontrar los libros que les gustan por sí solos. También hay que tener en cuenta todas las actividades que suelen montar para los más pequeños, como cuentacuentos.

Dale importancia a la lectura.

No nos engañemos, es difícil competir con la videoconsola o el deporte. La lectura parece condenada a un segundo plano. Así que es importante alentar a los jóvenes a leer, buscando, por ejemplo, libros que puedan complementar los juegos que estén machacando en ese momento, cómics que sigan sus intereses, uniendo la literatura con la música y el cine. Premiando, si hace falta, el rato que pasen leyendo por iniciativa propia.

Y es que, como decía mi abuela, “mira que eres guapo, pero más guapo estás cuando lees”. Aunque quizá me lo decía porque cuando leía me estaba quieto. Lo de guapo estaba claro que era por ser mi abuela.



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