—¡Marc
no deberías haber empezado esto…! Sabía que si volvía a besarte, a solas, no
sería capaz de parar.
—Sasha,
me das miedo —sonreí— me intimidan las cosas que eres capaz de hacerme sentir,
cuando estoy contigo se me olvida el mundo, yo…
Sasha
selló su boca con la mía para que callase, las palabras provenientes de mi interior
se me agolparon en la garganta y jamás fueron reveladas, la pasión se desbordó,
nuestros cuerpos encajaron a la perfección.
—¿Crees
que tenemos tiempo?
—¡Por
supuesto! —respondió mientras se quitaba su vestido con una habilidad pasmosa.
—Entonces,
hagámoslo mientras podamos, abriré bien los ojos para no olvidarlo jamás. ¡Te
quiero!
—¡Y
yo! —respondió Sasha sumida en el inmenso placer que le proporcionaba tenerme
dentro de su cuerpo.
¿Alguien
imagina lo que es yacer con el amor de tu vida tras estar diecisiete años sin
verlo?
No comments:
Post a Comment
Deja tu comentario y en breve será publicado. Gracias por tu tiempo.