Recientemente he visto un programa en televisión que me ha hecho reflexionar. Raro esto dicho sea de paso, pues la televisión en verano parece un refrito de una paella aceitosa en Benidorm destinada a turistas o telespectadores aburridos o que no pueden dormir por el calor.
El caso es que vi a un grupo de actrices cenando y hablando de todo un poco, empezaba a aburrirme hasta que la conversación se tornó interesante cuando abordaron el tema de la JUVENTUD y la MUJER o la JUVENTUD y la SOCIEDAD, porque cada vez nos afecta más a los hombres también.
Este grupo de mujeres, actrices, confesaban lo difícil que es encontrar trabajos en los que puedan trabajar a cierta edad (poco menos de los 40 años) que no hablamos de los 75 años.
Por lo visto, su profesión está condenada a los dictámenes de belleza y juventud a los que somos constantemente sometidos y bombardeados desde los medios, los cuáles también tienen su culpa, aquí que nadie se lave las manos. ¿Recordáis el último desodorante anunciado por una mujer de más de cuarenta años? o ¿el padre que recoge a su hijo a la salida del cole con algo de barriguita o arrugas en el rostro?
Este uso desconsiderado de la juventud para todo, nos coloca en una situación muy difícil, puesto que la juventud pasa demasiado deprisa, y seremos más parte de nuestra vida "no jóvenes" que jóvenes, entonces, ¿por qué ese afán de ser algo que no somos?
Es algo que hacemos todos sin darnos cuenta cuando decimos a un amigo que puede ponerse un implante capilar para disimular su incipiente calvicie, o que debería ponerse un poquito de boto a una amiga para parecer más joven, o cuando tratamos de obtener la figura y el rostro de la joven de 19 años que usan en un anuncio bebiendo un refresco o comiéndose un yogurt.
Me parece que hay que decir ¡BASTA! Que no nos tomen más el pelo, por favor. Parece como si éxito y juventud estuviesen ligados d ella mano, cuando en realidad, normalmente no es cierto; o se tiene juventud, pero casi nunca se tiene un euro, o se tiene dinero después de haber mejorado y avanzado en tu profesión durante un par de décadas de trabajo. Dejemos de confundir a los jóvenes y a los más mayores. No mezclemos el tocino con...
Además, tratar de estar siempre perfecta/o, joven, y parecer saludable es agotador... tarde o temprano hay que resignarse y entender que conforme vamos madurando adquirimos otras cualidades y ventajas que no se tienen de joven (sosiego, experiencia, nivel económico, relativización de los problemas...) en mi última novela, Me Olvidé de mí, la protagonista es una mujer que tiene dos hijos y necesita ponerse en forma para estar a la altura de un marido casi perfecto, más tarde descubre que eso no sirve de nada y que lo verdaderamente importante es lo que llevamos dentro, no la capa de chapa y pintura que envuelve la verdadera joya que llevamos dentro.
Yo, que ahora mismo estoy en el punto medio, por así decirlo; entiendo que la juventud está bien, pero que no podemos pasar el resto del camino mirando atrás, perdiéndonos todo lo que nos queda por delante. Es como cuando te deja una pareja y solo estás recordándola a cada momento, dejando pasar otras muchas "posibilidades" o parejas que no disfrutaras por revivir la añoranza de un tiempo que ya pasó y no vas a poder vivir; tal vez revivir con implantes, peluquines, fustigaciones y castigos personales que en realidad solo sirven a la sociedad de consumo y al capitalismo que estará disfrutando desde un sillón contando la cantidad de dinero que has gastado intentando retener el tiempo en un frasco de cristal, por mucho que lo intentes, todos sabemos que al final se escapa.
¿Qué opináis?
¿Pasáis de lo que os dictan en los medios con respecto a la juventud y belleza o estáis aducidos en esta corriente "forever young"?
Yo realmente creo que hay que disfrutar del momento con lo viene y adaptarse a los cambios. Eso de forever young es una canción muy bonita, pero se queda en eso, una canción.
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