Después de horas, semanas y meses de ardua labor, la gran mayoría de los nuevos escritores no saben luego qué hacer para que su texto se realice públicamente. Solo tres de cada cien escritores logran publicar un libro, una proporción bastante favorable si la vemos desde una perspectiva histórica, donde las posibilidades de difusión de los contenidos en la actualidad se han diversificado y hasta abaratado.
El segundo consejo que te doy es que te preguntes si eres un escritor pasional u ocasional, o por el contrario metódico y regular.
Un libro puede ser un medio o un fin en sí mismo. Los escritores de ficción, por ejemplo, están entre los escritores que yo llamo “pasionales”, amantes de la belleza literaria y que escriben sin pensar mucho en el futuro de su obra. Por lo general tienen una idea poco realista de la producción y difusión editorial y son los que más fracasan en el intento de de ver publicada su obra. Un escritor más metódico y regular es alguien que planifica bien su trabajo y es constante en lo que hace, lo cuál le llevará a buen puerto a la larga.
Cuando escribimos llevados por la pura inspiración, nos dura un par de tardes, si no somos constantes esa inspiración se disipará y el escrito caerá en el olvido. Por lo tanto, si decides que quieres escribir en serio, te recomiendo que empieces haciendo un ejercicio:
Escribe todos los días, al menos una hora. Sé regular y repasa lo que escribistes el día anterior, toma notas y apunta ideas para futuros argumentos. Define a dónde quieres llegar y sé regular en ello.
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